Hoy te proponemos una ruta por la costa asturiana de un extremo al otro. Desde Cantabria en el oeste, hasta Galicia al este. Playas y calas, acantilados escarpados, pueblos pesqueros, gastronomía… Este tramo de costa, también llamada “Costa Verde”, cuenta con 354 kilómetros donde hay paisajes indispensables para la vista y la sensibilidad humana.
- Cómo llegar
- Cuándo viajar
- Parada 1 : La playa de Barayo
- Parada 2: Cudillero y su faro
- Parada 3: El Mirador de Cabo de Peñas
- Parada 4: Entre Gijón y Oviedo
- Parada 5: Una sidra en Villaviciosa
- Parada 6: Asturias y los Dinosaurios
- Parada 7: Lastres, un remanso de paz
- Parada 8: El desembarco de Tazones
- Parada 9: Playa de Gulpiyuri y los Bufones
- Para 10: Llanes, final de cine
Cómo llegar
El Principado de Asturias está ubicado entre Galicia y Cantabria. Este recorrido se puede iniciar tanto en una punta como en la otra. Las dos poblaciones que podrían servir de punto de partida son Castropol y Ribadedeva. En este caso, nuestra salida será en la parte occidental de la costa asturiana.
Como siempre, podemos llegar hasta allí directamente en coche, o en un avión o en el tren. Todo dependerá de lo cerca que te encuentres de alguno de esos dos puntos. Si la idea es hacer ruta, está claro que lo más cómodo es moverse en coche, o propio o de alquiler. Si necesitas el avión para luego alquilar el coche, piensa que el aeropuerto está situado a 14 kilómetros de Avilés, 40 de Gijón y 47 de Oviedo. Hemos detectado vuelos baratos ida y vuelta a Asturias por menos de 100€ desde varias ciudades españolas.
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Cuándo viajar
Como siempre ocurre, depende de lo que le guste a cada uno. Hay viajeros que prefieren los climas fríos para poder disfrutar de la naturaleza, otros sin embargo se decantan por el sol justiciero para viajar en agosto y chapotear en las frescas aguas del Cantábrico.
Pero la verdad es que si estamos hablando de la costa y las playas, la recomendación sería ir a Asturias entre los meses de mayo y octubre. Y si queremos un clima lo más suave posible, la elección adecuada es entre junio y septiembre. En verano, vamos. El clima es agradable y apenas hay precipitaciones. La temperatura máxima promedio en Asturias en esa época es 22°C en agosto y las precipitaciones son mínimas.
Uno, la playa de Barayo
Uno de los primeros tesoros que encontramos cuando enfilamos la carretera rumbo este partiendo desde Galicia, es la Reserva Natural Parcial de Barayo. Dunas, marismas, matorrales, bosques… y una de las playas con más encanto y desconocidas de Asturias, silenciosa y recogida al final del río del mismo nombre.
Eso sí, su condición ventosa y abierta al mar la hacen muy surfera. Está a escasos 20 kilómetros de la villa marinera de Navia y vale la pena detenerse y caminar, caminar y contemplar la belleza de un paraje protegido y desde donde se puede hacer senderismos breves y no tan breves (por ejemplo, los 20 kilómetros entre la playa de Barayo y Navia están perfectamente señalizados). Cerca de allí, a 3 kilómetros, se extiende otra hermosa playa, la de Otur, con 600 metros de arena oscura, que al este está limitada por el castro romano de Castiello.
Dos, Cudillero y su faro
Sirva esta breve recomendación para reivindicar y homenajear a todos los faros del mundo y especialmente los 187 que se despliegan por todo el litoral español. Cuántos naufragios evitados, cuántas muertes salvadas. Su luz ha guiado a barcos desde hace cientos de años y ha frenado el furioso e inagotable oleaje. Hay que tenerlos bien presentes. Además, son preciosos y sus vistas inigualables. La costa asturiana no podía ser menos. Con sus acantilados afilados, los pescadores asturianos siempre se han dejado llevar por las luces de sus faros. Hay muchos y maravillosos.
Aquí nos gustaría resaltar el de Cudillero por dos razones: la primera es que nos permitirá visitar su famoso pueblecito de casitas coloridas agarradas a la ladera de la montaña; y desde allí, hacer una ruta hasta el mirador del faro, cuyo edificio se alza en Punta Roballera, sobre un acantilado, y se accede a través de un paseo peatonal desde el puerto viejo de Cudillero.
Tres, El Mirador de Cabo de Peñas
43º 39.4′ Norte ; 5º 50.8′ Oeste. Estas son las coordenadas de Cabo de Peñas, nuestra siguiente recomendación en la ruta por la costa verde de Asturias. Es visita obligada. Es el punto más septentrional de la Península Ibérica. Más al norte ya no se puede avanzar. Por cierto, el paraje que hay durante el camino es precioso: pequeños aldeas que salpican inmensas praderas verdes.
Una vez lleguemos allí, la sugerencia consiste en hacer un poco de senderismo, cargar con algo de comida al hombro y alcanzar los imponentes acantilados de rocas de cuarcita. La imagen es impactante. Desde lo alto, a 100 metros sobre el nivel del mar, es como observar el abismo donde las olas rabiosas de espuma rompen constantemente la resistencia de la costa, las gaviotas intentan mantener el equilibrio sacudidas por el viento, el sonido del agua y la resaca regresando al mar una y otra vez. Vertiginoso. Y al fondo, infinito, el Cantábrico.
Cuatro, entre Gijón y Oviedo
Desde Cabo de Peñas y la ciudad de Gijón hay – rumbo sureste – exactamente 30 kilómetros de carretera. Visitar Gijón es imprescindible. Sin embargo, muchos viajeros nos preguntan que es más recomendable Gijón u Oviedo. Un dilema sin respuesta. O sí. La respuesta es las dos. Para los que amamos las ciudades, no se trata de elegir. Es cierto que Oviedo no está precisamente en la costa, pero la distancia desde Gijón es tan reducida – 25 kilómetros -, que vale la pena hacer el esfuerzo y acercarse.
Gijón es moderna y te has dejar llevar: paseando por el barrio de Cimadevilla, tomando una sidra, admirando la escultura de “El Elogio del Horizonte” o tomando el sol en la Playa de San Lorenzo. Oviedo, en cambio, es la ciudad histórica: la Vetusta de Clarín, la Pilares de Pérez de Ayala, la catedral o el museo de arqueología. Lo dicho: no elegir, sumar.
Cinco, una sidra en Villaviciosa
Ya estamos en la parte oriental de Asturias. A unos 30 kilómetros más allá de Gijón, nos topamos con la capital de la Sidra o de la manzana: Villaviciosa. Por cierto espléndido nombre para semejante afición. Ya se sabe lo que significa la sidra para los asturianos. En Asturias la sidra no se acaba nunca, y mucho menos durante los meses de octubre y noviembre, época de recogida de la manzana y su posterior tratamiento. Si queremos conocer a fondo el espíritu de sus gentes, esta parada tiene todo el sentido del mundo.
Allí están las tierras de las pomaradas, campos de manzanos, donde se inicia el camino hasta las botellas verdes y el sabor dulzón, ligero y refrescante de la sidra. En Amandi (San Juan, 41), está la sidrería Casa Cortina, uno de los lugares más recomendables donde tomar sidra en Asturias y, de paso, y si hay hambre, hincarle el diente a una suculenta fabada.
Seis, Asturias y los Dinosaurios
Una vez tenemos el delicioso sabor y el buen rollo de la sidra todavía en el paladar, seguimos nuestro camino hasta hace 50 millones de años. Sí, tal cual. Este es un breve viaje hacia el pasado, cuando pastaban los dinosaurios por nuestro planeta. Y más concretamente en Asturias. Lo sabemos porque aquellas bestias dejaron huellas de hasta 1,30 de diámetro. Para comprobarlo, hay que recorrer los 60 kilómetros que unen las poblaciones asturianas de Gijón, Villaviciosa, Colunga y Ribadesella, donde se pueden visitar nueve yacimientos icnitas.
El buen estado de conservación de los huesos, fósiles y las huellas hacen que estos lugares sean ideales para el que quiera conocer el auténtico Parque Jurásico español. Aparte de los verdes paisajes asturianos y las magníficas playas de Ribadesella, esta parada también servirá para que sobre todo los más pequeños aprendan algo de prehistoria. Para ello, es recomendable empezar la escapada con una visita al Museo del Jurásico, próximo a la playa de la Griega, donde te explican de una forma muy didáctica la evolución de la vida desde sus inicios hasta la llegada del hombre prestando especial interés a la conocida como «Era de los Dinosaurios».
Siete, Lastres: remanso de paz
Ahora le toca el turno a una de las villas marineras más auténticas de Asturias. Y no es una exageración. Lo confirman todas las listas de pueblecitos más bonitos de España. Se habla mucho de Cudillero, pero Lastres tiene algo más carismático y no es tan turístico. De hecho, fue premio Príncipe de Asturias a Pueblo Ejemplar por su peculiar disposición y adaptación al terreno. Eso lo dice todo. Todavía conserva su esencia.
En su puerto los pescadores siguen faenando, la subasta de pescados mantiene su cultura, calles empedradas que se estiran hacia lo alto y sus genuinas sidrerías. Lastres es un lugar tranquilo, pacífico, inalterable. Por cierto, si puedes, súbete al Mirador de San Roque, en la parte alta, donde es posible contemplar la Sierra del Sueve y los Picos de Europa.
Ocho, desembarco en Tazones
Muy próximo a Lastres – casualmente, ambos constan en la lista de los pueblos más bonitos de España – Tazones no deja indiferente a nadie. Una vez allí, podemos dejar el coche en el aparcamiento público que hay a la entrada del pueblo, a la derecha. Y luego a caminar. A disfrutar.
En una ladera de los Picos de Europa y envuelto entre pinos y eucaliptos, toda su vida se precipita hacia el mar y conviene acercarse a la playa y al espigón de su puerto, donde la intensidad de la tradición pesquera cobra vida a primera hora de la tarde cuando regresan las embarcaciones y empieza la subasta: merluza, salmonete, pixín (rape) y lenguado. En ese puerto, por cierto, fue donde desembarcó Carlos V en su primer viaje a España, allá por el 1517, camino a la toma de posesión de la Corona de Castilla. Cada año se conmemora dicho desembarco el 17 de agosto con una escenificación.
Nueve, Playa de Gulpiyuri y los Bufones
Sin movernos del concejo de Llanes, nos queda por ver una de las perlas más apreciadas de la costa de Asturias. La playa de Gulpiyuri no es una playa cualquiera, nada de eso, se trata de una maravilla geológica que forma parte del paisaje protegido de la Costa Oriental de Asturias. Está considerada Monumento Nacional. Es pequeña, reservada, incluso tímida, puesto que es una playa de mar pero está situada en el interior. Sus 50 metros de longitud están cerrados al mar por un acantilado y el agua y el oleaje se cuelan por una cueva hasta la playa. Cuando asciende la marea, es el momento de darse un chapuzón porque se transforma en una piscina natural.
Y ya que estamos por allí, hay dos visitas interesantes: la playa de Torimbia (nombrada la tercera mejor de España para este verano por Lonely Planet), y, al este de Gulpiyuri, encontrarás los bufones de Pría, que son como géiseres que emergen de los boquetes de los acantilados como cohetes desbocados. Impresionante. Una buena despedida de esta ruta por la costa verde asturiana.
Diez, final de cine en Llanes
Ya casi tocando la frontera con Cantabria, alcanzamos una de los lugares más mediáticos de Asturias. Si no lo conoces, cuando veas imágenes, tal vez te suene de algo. Y es que se trata de uno de los municipios españoles donde más rodajes cinematográficos se han llevado a cabo. Y no es para menos. Es un excelente plató exterior. Los cineastas no se pueden resistir. Las montañas son una pasada, las playas, los rincones, los palacetes.
Nada menos que 42 secuencias de 18 largometrajes, 3 series de televisión y 1 cortometraje han sido tomadas en el Ayuntamiento de Llanes. Entre otras, “El Orfanato“, “El Abuelo“, “Parranda” o “Historia de un beso”. Como verás, puede que no quede un milímetro de Llanes que no haya sido filmado. De ahí que se hayan organizado rutas a través de esas localizaciones.
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