Se suele decir que todos los caminos conducen a Roma, pero se podría aplicar el mismo dicho para las flechas amarillas que nos llevan hasta Santiago de Compostela. Hay infinidad de caminos de peregrinaje que llegan hasta la capital de Galicia. De hecho, hay tantos caminos como viajeros, puesto que la finalidad es alcanzar la tumba donde se encontró la supuesta tumba del apóstol: en Santiago. Sin embargo, el más antiguo de todos es el Camino Primitivo.
¿Qué es el Camino Primitivo?
Como decíamos antes, es el primer y más antiguo camino del cuál se tienen referencias históricas. Según se dice, allá por el año 829 un pastor encuentra un misterioso sepulcro en un lugar perdido de Galicia, y ese hecho es comunicado al rey Alfonso II el Casto. Y precisamente el trayecto que hacen este rey y su séquito desde Oviedo hasta tierras gallegas acaba recibiendo el nombre de «Primitivo«. Porque en ese exacto momento y en ese recorrido nacen los demás caminos y el ferviente deseo de peregrinación a Santiago.
¿Cuál es el recorrido?
Este itinerario parte de Oviedo y se dirige hasta la población de Melide, en Galicia, donde enlaza con el Camino Francés, donde todavía se deberán caminar 50 kilómetros hasta Santiago. En total son 261 kilómetros y se pasa por 36 poblaciones de las comunidades de Asturias y Galicia. El número de etapas depende mucho de la forma física de cada uno, pero lo normal es plantearse hacer entre 10 y 12 etapas de alrededor de 20 kilómetros. Muchas personas lo suelen hacer en una semana. También dependerá si lo haces a pie o en bici, en cuyo caso se pueden reducir el número de etapas.
¿Cuándo ir?
Siempre es bueno plantearse el Camino, sea desde donde sea y hasta dónde sea y sea cuando sea y sea por la razón que sea. Es una cuestión de voluntad, de ganas y de capacidad de superación. Incluso cuanto más esfuerzo le pongas, mayor satisfacción se tiene al finalizar. En ese sentido, los peregrinos suelen coincidir que tal vez el Primitivo sea el recorrido más duro de cuantos desembocan en Santiago, especialmente en los tramos que ocupan Asturias. Cuando llueve algunas zonas como el descenso a Cornellada o el de La Espina a Tineo se complican mucho por el barro. Una de las ventajas de el Camino Primitivo es que lo puedes hacer en las vacaciones de agosto o en varios fines de semana porque no hay tanta gente como en caminos como el Francés, el del Norte o el Portugués. En invierno, en cambio, tal vez es mejor planificar tu llegada a Santiago a través de otras alternativas menos complicadas.
¿Por qué elegir el Camino Primitivo?
Después de los años, el Camino de Santiago se convirtió en una de las rutas más frecuentadas del mundo. Se abrieron diversas opciones para alcanzar la ciudad de Santiago lo que produjo cierta confusión y, en1993, finalmente la Unesco designó el Camino de Santiago en la lista de patrimonio mundial y fue el Camino Francés, el más transitado hasta ese momento, con salida desde la localidad francesa de Saint Jean Pied de Port y con 764 kilómetros de longitud hasta Santiago. Luego, las rutas que se han abierto son casi infinitas. Las principales son el Camino Aragonés, el Portugués, la ruta del Norte, la vía de la Plata desde el sur... Pero el Camino Primitivo es de lo mejorcito porque reúne muchas ventajas: de entrada no es muy largo, no está masificado como los principales, la mayor parte discurre en un entorno natural (hay siete puertos entre Oviedo y Lugo) y los paisajes son de los más bonitos.
¿Qué tipo de paisajes hay?
Como comentábamos previamente esta ruta es una de las mejor valoradas. Es importante resaltar el hecho de que no hay muchos peregrinos y es posible no coincidir con nadie en largas distancias. En ese aspecto, se disfruta mucho la relación con los lugareños, el conocimiento de la cultura autóctona y las gastronomía y la observación de los memorables paisajes rurales. Esta ruta es perfecta para los que aman la naturaleza en su forma esencial: largos y verdes prados donde pastan vacas, robledales y castaños frondosos, brezos, cumbres a más de 1.500 metros de altura…
¿Cuáles son las paradas más recomendables?
Hay que recordar que el Camino Primitivo casi no pasa por grandes núcleos de población. Las excepciones son Oviedo y Lugo (por cierto, ambas ciudades merecen una buen e intenso paseo). Luego llaman la atención lugares como los siguientes: la Catedral de Oviedo – donde está la estatua del rey Alfonso el Casto, pionero de esta ruta milenaria; Cornellana y su monasterio; las poblaciones de Salas y Tineo; el mítico Puerto del Palo y su subyugante silencio; la bajada hasta Montefurado (5 kilómetros escasos); Grandas de Salime y su sorprendente Museo Etnográfico; el embalse de Salime; el tramo de la Ruta de los Hospitales (más exigente que la variante de Pola de Allande); los molinos del Puerto de Acebo; la muralla romana de Lugo y otras cosas que ver; y, para ponerle la guinda a la caminata, no hay que seguir sin catar una buena ración de pulpo a la gallega en Melide.
¿Vale la pena la variante de la ruta de los Hospitales?
Antes señalábamos que, ya en la tercera etapa, nos decantamos por la ruta de los Hospitales antes del de la Pola de Allande. Se llama de esta manera porque antiguamente se pasaba por tres hospitales para peregrinos: los de Paradiella, Fanfaraón y Valparaíso. Esta variante es más corto (unos 2,5 kilómetros) pero más duro. Es un tramo de esos montañosos genuinos que se mueve en su mayoría por encima de los 1.000 metros. Eso sí, no hay servicios ni albergues ni fuentes de agua y se vive la soledad en su más pura esencia. Hay que evitarla en invierno, especialmente si no estás preparado físicamente.
¿En qué albergues dormir?
Lo repetiremos hasta la saciedad: el Camino Primitivo es uno de los más tranquilos, menos masificados y, por lo tanto, donde más presencia tienen los pequeños albergues con encanto. Según datos del 2013, hay 27 albergues de un extremo al otro. Es decir, una media de 1 albergue cada 10 kilómetros. Es cierto que se puede pasar la noche en hoteles, hostales y otros tipos de alojamiento, pero para vivir el auténtico espíritu y hospitalidad de sus gentes hay que decidirse por los albergues. Los hay públicos, más baratos, entre 6 y 10 euros la noche, y los privados, que van desde los 10€ a los 20€. Hay que tener en cuenta que en este camino gran parte de los albergues están en aldeas sin servicios ni restaurantes, lo que significa que hay que ir preparados a la hora de comer o cenar.
¿Qué consejos antes de empezar?
Y por último, antes de iniciar el Camino Primitivo conviene seguir los consejos que muchos caminantes dan en foros, blogs y redes sociales. Sus experiencias ayudan mucho. Hay que subrayar una cuestión: no todos los consejos para la mayoría de Caminos de Santiago sirven para la ruta del Primitivo, dado que este es especialmente duro en comparación con los demás. La mochila es aconsejable que no exceda el 10% de nuestro peso corporal (es decir, 70 kilos, 7 kilos para el equipaje); el calzado, si puede ser, debería de ser usado y con tacos para no resbalar en las zonas húmedas y embarradas; los bastones ayudan mucho en las partes de fuertes subidas y descensos, que en varios tramos son muy prolongados; por último, tema agua: a lo largo del camino hay bastantes fuentes de agua potable, por lo que no se hace necesario cargar con exceso en la mochila.