El deseado mes de agosto ya está aquí. Muchos ya se han instalado cerca del mar, o en algún lugar perdido en la montaña, o en una casita de campo. Y, en cambio, otros estarán a punto de salir como alma que lleva al diablo. Unos cuantos, sin embargo, no cogerán vacaciones, pero siempre les quedarán los fines de semana para evadirse de la rutina. Sea como sea, la cuestión es desconectar. Hay miles de planes a elegir para escaparse el próximo fin de semana, sea el que sea y sea cuándo sea.
¿Cuál sería una escapada de fin de semana perfecta?
Hay que tener en cuenta que en plena época industrial mucha gente trabajaba 6 ó 7 días a la semana. Entonces el fin de semana no existía. No había tiempo para el descanso. Gracias a las tres grandes religiones que marcaron los viernes (musulmanes), sábado (judíos) o domingos (cristianos) como días sagrados, y – según se dice – a Henry Ford, quién alrededor del año 1900 comenzó a dar dos días libres a sus empleados, todo cambió radicalmente. Ford se dio cuenta que la gente necesitaba tiempo libre para poder conducir sus coches. Y que solo de esa manera aumentaría el uso y las ventas de los vehículos. Pura lógica.
Hoy esos dos días son para muchos como agua de mayo. Son sagrados. Los esperamos desde que empieza el mismo lunes por la mañana. Cuando llega el viernes la vida suena a gloria. Los findes – también llamados así – están para descansar y desconectar del trabajo, tanto física como mentalmente. Directamente, lo dedicamos a lo que nos dé la gana. A escaparnos a la playa, el monte, para ir a un concierto o simplemente para encerrarnos en casa y no mover ni un dedo. El fin de semana perfecto depende de cada uno. Como también la perfección depende cada uno. Hoy te proponemos ocho planes diferentes para fin de semana, para ocho tipos distintos de viajero:
- Excursión por Montgarri
- El histórico castillo de Peñafiel
- Playa de Gulpiyuri en Asturias
- Relax en las calas de Formentera
- Oceanogràfic en familia
- La ruta de la anchoa
- Sevilla romántica
- Kayak por Tenerife
Fin de semana en la montaña: excursión por Montgarri
Normalmente la gente que habla del Valle de Arán (Val d´Aran) lo hace porque la conversación tiene que ver con el esquí y la estación de Baqueira-Beret. Y suelen ir en invierno o en temporada de esquí. Sin embargo, el valle de Arán es un destino excepcional para pasar un fin de semana en cualquier época del año. Hay vida más allá del esquí. Y para ello, a escasos kilómetros del Pla de Beret nos tropezamos con Montgarri, un entrañable pueblecito abandonado y con sus casas (bordas) derruidas. Allí hay un refugio (Amics de Montgarri) y una antigua ermita. En invierno se transforma en un paisaje blanco alucinante, con ríos helados y abetos sobrecargados de nieve, pero el resto del año todo se derrite tiñéndose de verde intenso.
Excursión recomendada: hay un tramo que se hace en dos horas y media desde el Pla de Beret hasta el santuario de Montgarri por el camino de la solana, y una hora y media para regresar de nuevo al punto de partida por la umbría. Las vacas pastan y las pequeñas sendas abundan por allí.
Fin de semana cultural: el castillo de Peñafiel
Como su nombre indica, Castilla y León es tierra de castillos. Vale la pena conocerlos. Es la historia de la reconquista. Es una de las regiones del mundo donde más castillos medievales puedes encontrar y es una forma extraordinaria de conocer su pasado. Peñafiel está a 55 kilómetros al este de Valladolid. El paisaje allí es llano, despejado y salpicado de modestas colinas como en toda la comunidad. Precisamente sobre una loma se construyó el castillo medieval de Peñafiel, cuya forma alargada de 210 metros recuerda a la de un barco anclado sobre el mar. Su origen data del siglo X, cuando era rey de León Ramiro II. A causa de su red de almenas envolviendo a la torre del homenaje, sus torreones circulares y su foso, esta fortaleza medieval es de una belleza asombrosa. Un plan imprescindible de fin de semana.
Visita recomendada: Una cuestión a tener muy presente cuando visitemos el castillo de Peñafiel es que en su interior alberga el museo provincial del vino (Denominación de origen Ribera del Duero) donde se organizan catas y degustaciones.
Fin de semana en la playa: Gulpiyuri en Asturias
A veces, cuando se acerca el calor hay que poner el punto de mira en el norte. No siempre pensar en el sur. En la costa de Asturias hay playas excepcionales. Salvajes, de aguas cristalinas y frescas y la temperatura es realmente agradable. Un buen ejemplo es la playa de Gulpiyuri, una maravilla geológica que forma parte del paisaje protegido de la Costa Oriental de Asturias. Está considerada Monumento Nacional. Es diminuta, reservada, incluso tímida y está situada en el interior. Sus 50 metros de largo están cerrados al mar por un acantilado y el agua y el oleaje se meten por una cueva hasta la playa. Cuando asciende la marea, es el momento de darse un chapuzón porque se transforma en una piscina natural de lo más apetecible.
Recomendación de caminata: al este de Gulpiyuri, encontrarás los bufones de Pría, que son como géiseres que emergen de los boquetes de los acantilados como cohetes desbocados. Impresionante. Una buena despedida de esta ruta por «la Costa Verde» asturiana.
Fin de semana de relax: Calas de Formentera
Si existe un rincón en nuestro planeta donde uno puede relajarse es la isla de Formentera. Viajar a Formentera en un fin de semana es muy aconsejable. Es como sumergirse en un mundo aparte. Ubicada a 30 kilómetros al sur de Ibiza, cuenta con 82 kilómetros cuadrados de superficie, 20 kilómetros si la recorres de punta a punta y 85 kilómetros de costa y calas. Sus playas son oro fino. Llegar a una de sus orillas, meter los pies en el agua y caminar sobre la arena es uno de los mejores planes de relax que se te puedan ocurrir. Es Pujols, es Caló o La Savina son algunas buenas sugerencias. Pero sobre todo hay que ir a Ses Illetes, una de las una de las playas más bonitas que existen y que forma parte del Àrea Natural d’Especial Interès de ses Salines. La pradera de alga Posidonia, que se encuentra bajo sus aguas, ha sido declarada Patrimonio de la humanidad por la Unesco. Inigualable.
Recomendación chiringuito: unas cuantas mesitas, un techo de madera, un pescadito fresco a la brasa, una copita de vino y el mar acariciándote los pies… Bartolo, en la playa de Mitgjorn, muy cerca de Calo d´es Mort, a los pies de La Mola. es un lugar respirar toda la calma del mundo.
Fin de semana con niños: Oceanogràfic de Valencia
Los niños en agosto se suelen entusiasmar desproporcionadamente. Es difícil contenerlos. Quieren ir a todos lados y a ninguno a la vez. Su objetivo es divertirse y si no lo hacen pueden ser como pequeños monstruos sin piedad. Por eso hay que buscar planes. Si estás en Valencia, lo tienes fácil. Allí cuentan con el inmenso y conocidísimo complejo de divulgación y cultural: la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Es un plan en el que los niños no se aburrirán. En total, son seis instalaciones diferentes en las que ciencia, naturaleza y arte se dan la mano bajo un sorprendente diseño arquitectónico firmado por Santiago Calatrava y Félix Candela. Merece la pena llevar a los más pequeños porque, aparte de divertirse, aprenderán un montón de cosas.
Recomendación el Oceanográfic: Imprescindible. Es el acuario más grande de Europa y, ojo, cuenta con un restaurante submarino para hacer una comida familiar rodeados de agua. Toda una experiencia.
Fin de semana gastronómico: Las anchoas de Santoña
Sin lugar a dudas, las anchoas del Cantábrico son un manjar exquisito. Si te gustan y quieres saborearlas, has de planear una escapada hacia el norte. Anchoa, boquerón, bokeron, bocarte, aladroc, longoron o seitó son la misma especie de pescado. La única diferencia es el proceso de elaboración: la anchoa es un boquerón cuando se ha procesado en salazón con aceite de oliva. Cantabria es líder en las conservas de anchoa. Entre Laredo, Santoña y Castro Urdiales concentran el 80 por ciento de la producción nacional. Nuestro fin de semana gastronómico recomendado se sitúa en la costa oriental de Cantabria y consiste en recorrer esta parte de Cantabria para degustar semejante delicia de los bravos mares del norte.
Recomendación para comer: A escasos 20 kilómetros al sureste del centro urbano de Santander está la población de Villaverde de Pontones. En una casona solariega del siglo XVIII, está el Cenador de Amós – y sus tres estrellas Michelin – cuyo chef es Jesús Sánchez, quien, antes de sentarte, te da una vuelta por el obrador de panadería, donde te dan a probar un pan de altísima calidad y una excelente anchoa cántabra.
Fin de semana romántico: La Giralda de Sevilla
El 22 de diciembre del año 2020 se cumplirán 150 años de la muerte del poeta sevillano Gustavo Adolfo Bécquer, tal vez uno de los espíritus más románticos de todos los tiempos. Aprovechando esa circunstancia, la ciudad de Sevilla le está rindiendo homenaje. Es el año Bécquer. Puede que la capital andaluza no sea precisamente uno de los lugares más solicitados por los enamorados – comparada con París o Venecia – pero eso seguramente es porque no la conocen lo suficiente. Por esa razón es aconsejable ir este año y respirar romanticismo bequeriano en estado puro. Desde el parque de María Luisa, un paseo por el Guadalquivir o el Mirador de Las Setas, este recorrido en pareja por la ciudad puede ser un fin de semana para acordarse toda la vida.
Hotel recomendado: ¿Te imaginas dormir en un edificio que data al menos del siglo XIV? El hotel convento de La Gloria, poca distancia de la Catedral y con una imprescindible cocina clásica sevillana, junto a una enorme variedad de vinos andaluces y nacionales por copas que harán las delicias de las parejas más winelovers.
Fin de semana de aventura: Kayak en Tenerife
Si lo que estás buscando es un poco de aventura para el fin de semana, prueba el kayak. Una forma muy excitante de explorar el destino al que vayas, sobre todo si tiene costas y eres de los que prefiere las playas salvajes, aisladas y donde poder sentir una libertad total. Si es así, los acantilados de Los Gigantes, en la costa occidental de la isla de Tenerife, es una magnífica elección. Con sus más de 600 metros de altura sobre el nivel del mar – no en vano, los Guanches, antiguos pobladores de Tenerife de la época prehispánica, lo llamaban “la muralla del infierno” – su ubicación es inmejorable para navegar con este tipo de embarcaciones, puesto que se halla resguardada de los vientos alisios. El paisaje es salvajemente natural, sin edificaciones y perfectamente conservado, y ante la imponente roca rojiza te sientes minúsculo.
Ruta recomendada: Si finalmente te decantas por esta zona de Tenerife, la que combina la navegación en Kayak con el senderismo por Masca – bastante exigente, por cierto, sobre todo el famoso barranco – para luego, de nuevo, regresar paleando de nuevo hasta el puerto.